Conocida como La Dotta, La Grassa y La Rossa, Bolonia es una ciudad de historias, tradiciones y secretos por descubrir. Más allá de los típicos lugares turísticos, no pierdas de vista estas joyas ocultas en el corazón de Emilia-Romaña. Desde rincones que bien podrían pertenecer a Venecia hasta curiosas supersticiones locales, aquí tienes ocho datos fascinantes sobre Bolonia.
Un pedacito de Venecia en el corazón de Bolonia
Uno de los tesoros ocultos de Bolonia es la Finestrella di Via Piella, una pequeña ventana que ofrece una vista privilegiada de los canales secretos de la ciudad. Es un recordatorio de una época en la que las vías fluviales eran vitales para el comercio y la industria. A menudo comparada con Venecia, esta encantadora vista revela una Bolonia más tranquila, ligada al agua, que fluye bajo las modernas calles.
Estos pintorescos canales datan de hace siglos, cuando impulsaban molinos y transportaban mercancías. Hoy en día, la Finestrella di Via Piella es uno de los pocos lugares donde aún se puede vislumbrar esta red casi olvidada.
Sede de la universidad más antigua del mundo
Bolonia se enorgullece de albergar la Alma Mater Studiorum, reconocida como la universidad más antigua del mundo. Fundada en 1088, ha sido un centro de aprendizaje durante más de nueve siglos.
La de derecho fue una de las primeras facultades, seguida poco después por retórica, medicina, filosofía, aritmética y gramática. Entre sus alumnos más ilustres se encuentran Petrarca, Pascoli, Carducci, Tasso y Pasolini. Hoy en día, la universidad sigue prosperando, con campus repartidos por distintos distritos de la ciudad.
Los pórticos de la UNESCO y su historia
Bolonia es famosa por sus pórticos, recientemente declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¿Pero por qué la ciudad tiene tantos? En la Edad Media, con el aumento de la población estudiantil, se necesitaba más espacio habitable. Los edificios se ampliaron hacia arriba, y los pórticos inferiores servían tanto de soporte estructural como de pasarelas cubiertas.
Aún hoy se puede apreciar este rasgo en las viviendas en venta o alquiler del centro de la ciudad. Extendidos a lo largo de más de 40 kilómetros por Bolonia, los pórticos son mucho más que simples detalles arquitectónicos: constituyen un rasgo definitorio del carácter de la ciudad.
Los tagliatelle perfectos
Los tagliatelle son un pilar fundamental de la gastronomía boloñesa, y los locales los toman muy en serio. En 1972, se registró un tagliatelle dorado en la Cámara de Comercio, que marca las dimensiones exactas que debe tener la pasta.
Según la Academia Italiana de Cocina, los tagliatelle perfectos miden 8 milímetros de ancho cuando están cocidos y 7 milímetros cuando están crudos. Curiosamente, esto equivale a 1/12.270 de la altura de la Torre degli Asinelli, una de las torres más emblemáticas de Bolonia.
La galería de susurros de Bolonia
Si buscas algo diferente, dirígete a la famosa galería de los susurros en el centro de la ciudad. Situada bajo el Palazzo del Podestà, detrás de la Piazza Maggiore, este lugar posee una peculiaridad acústica extraordinaria. Dos personas que se encuentren en esquinas opuestas del arco abovedado y hablen en voz baja hacia la pared pueden oírse perfectamente, a pesar de la distancia.
Este fenómeno se debe al diseño del arco, que transmite el sonido con una claridad sorprendente. Con el tiempo, ha inspirado leyendas e historias, convirtiéndolo en una parada interesante para los visitantes curiosos.
La Torre degli Asinelli y las supersticiones estudiantiles
Una de las curiosidades más intrigantes de Bolonia tiene que ver con la Torre degli Asinelli. Según la superstición local, subir a la torre antes de graduarse trae mala suerte y condena al estudiante a no terminar nunca sus estudios.
Por supuesto, no es más que una superstición, muy parecida a la creencia de que cruzar la Piazza Maggiore en diagonal perjudicará tu carrera académica.
El tridente de Neptuno que inspiró a Maserati
Emilia-Romaña es famosa por su tradición automovilística, y Bolonia vio nacer a Maserati. El icónico logotipo del tridente rojo de la marca está inspirado en la estatua de Neptuno en la Piazza Maggiore, un guiño a la ciudad que sigue atrayendo la mirada tanto de locales como de turistas.
El milagro de la lluvia (y la sequía)
Si visitas Bolonia el domingo anterior a la Ascensión, lleva un paraguas. La tradición cuenta que durante la procesión de la Virgen de San Lucas desde el Santuario del Colle della Guardia, suele llover; una costumbre que se remonta a la época en que los lugareños rezaban para que cayera agua y así limpiar las calles y los campos durante las epidemias.
En cambio, en julio, prepárate para el calor. Cuenta la leyenda que en 1433, las persistentes lluvias que amenazaban las cosechas cesaron con la llegada del icono sagrado, dando lugar al “milagro de la lluvia”, que aún se recuerda hoy.