Prometeia y S&P publican sus estimaciones del impacto económico del brote de COVID-19
Gtres
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Después de la crisis económica de 2008, Italia dejará atrás un período sustancial de crecimiento debido al brote de coronavirus en el país. Este es el pronóstico menos positivo de Prometeia para la economía italiana, que verá un colapso significativo en 2020.

Pronósticos COVID-19 para la economía italiana

En el contexto de la recesión global más profunda desde la Segunda Guerra Mundial, Prometeia afirma que Italia corre el riesgo de ser uno de los estados más frágiles debido a su sector de servicios y turismo caracterizado por pequeñas y medianas empresas, y un sector público con deudas preexistentes. Ningún país podrá salir de la crisis por sí solo, se necesita un plan sólido y adecuado a nivel europeo para hacer frente a la emergencia y relanzar la actividad económica, no sólo en términos financieros sino también en términos de crecimiento real.

En el escenario de referencia, suponiendo que se de un progresivo desconfinamiento desde principios de mayo, la contracción del PIB italiano en 2020 será de al menos 6,5%: en solo un año, una recesión de magnitud equivalente a la período de dos años de 2008-2009. Prometeia estima en los dos primeros trimestres del año una reducción del PIB de más del 10% en comparación con la situación anterior a la crisis, con diferencias sectoriales muy grandes: de -10% en manufactura a -27% en servicios relacionados con el turismo, y más hasta -16% en servicios de transporte y actividades de entretenimiento.

A pesar de las medidas fiscales ya anunciadas (que suman más de dos puntos porcentuales del PIB este año) -que no son significativas pero sí limitadas debido al alto nivel de deuda pública-, la gravedad de la recesión y la lenta recuperación no harán sino debilitar aún más la capacidad productiva y las finanzas públicas. En la hipótesis de referencia de Prometeia, el PIB italiano en 2022 alcanzaría un nivel todavía más de 2 puntos porcentuales por debajo del de 2019, con una deuda pública del 150%.

Coronavirus: el impacto en la economía internacional

En este contexto, la estabilidad macroeconómica sólo se garantizará en el contexto de una mayor distribución de la carga de la crisis sanitaria y sus consecuencias a nivel europeo. El carácter simétrico y exógeno de la conmoción requiere una respuesta conjunta para hacer frente tanto al aumento de los gastos relacionados con las necesidades inmediatas como para apoyar la recuperación de la economía real. Como ya se ha mencionado, ningún país puede salir solo de esta crisis. La financiación de los gastos mediante fondos europeos permitiría reducir la carga de los presupuestos nacionales y dar un paso adelante hacia la creación de un fondo continental seguro que podría fomentar la diversificación del riesgo en los sistemas financieros. Si no se toma este camino, existe el riesgo de que el proyecto europeo se debilite y se ponga en peligro su futuro.

Aunque el estallido de la crisis comenzó hace diez años en el sector financiero, la naturaleza de la conmoción es ahora real (restricción de la actividad y cuarentena). En esta primera fase, los países con una elevada proporción de servicios se ven particularmente afectados, ya que es poco probable que estas empresas puedan recuperar sus ingresos perdidos en el segundo semestre del año. Una crisis que afecta inicialmente al sector de los servicios trae consigo efectos multiplicadores muy fuertes vinculados al comercio internacional, lo que hace especialmente crítica la reducción de la actividad en este sector.

A pesar de todas las incertidumbres relacionadas con la duración e intensidad de los cierres, y la reactividad posterior con la que los diferentes países intentarán recuperarse, Prometeia estima una recesión en la economía mundial (-1,6%) en 2020, generalizada tanto en países industrializados como en aquellos no tan industrializados, donde solo China evitará un declive gracias a la recuperación positiva ya demostrada en la segunda mitad del año. A modo de comparación, en la "Gran Recesión" de 2009, la caída general de la actividad fue del 0,4%. Sin embargo, la atracción de Beijing y la asunción de un retorno a "cerca de lo normal" para fin de año para todos los países industrializados se basa en el pronóstico de una caída en el comercio mundial de "solo" 9,4%. Para 2021, se espera que el repunte económico mundial alcance el 4,6%.

Por último, en los Estados Unidos se aprobó un paquete de medidas sin precedentes por valor de 2.000 millones de dólares (el 9,3% de la renta nacional, más que el PIB de Italia) para ayudar a las empresas y las familias en esta crisis. Sin embargo, se espera que el PIB caiga un 2,5% en 2020 y se recupere un 3,6% el año próximo.

Previsiones de S&P para la economía europea

La zona euro, según S&P Global Ratings, enfrentará una recesión que representa una caída del 2% en el PIB en 2020, equivalente a 420 mil millones de euros del PIB real debido a la pandemia. Sin embargo, todo está sujeto a cambios, ya que la pandemia podría durar más de lo esperado, deprimiendo el PIB de la Eurozona hasta en un 10%. Sin embargo, en 2021 se espera un repunte de + 3%, con un + 1,5% adicional en 2022 y 2023.

En la actualidad, la agencia de calificación S&P se está centrando en las medidas de política fiscal y monetaria y en la política económica en general, afirmando que serán la clave para superar la emergencia económica. Aunque todos los países de la Unión Europea han adoptado medidas similares, no todos ellos experimentarán la misma velocidad de recuperación debido a los diferentes estímulos fiscales que sus respectivas economías pueden establecer. Francia y Alemania, en particular, disponen de más recursos para financiar el desempleo que Italia y España, países que cuentan con un mayor número de pequeñas y medianas empresas independientes. Éstas serán las empresas más afectadas por la crisis económica, lo que significa que las economías francesa y alemana tienen más probabilidades de recuperarse más rápidamente.