
Cómo evitar errores al comprar una casa en Italia
Comprar una casa es una de las decisiones más importantes y probablemente la principal inversión en la vida de la mayoría de las personas y, sin embargo, los mismos errores universales se cometen con mucha frecuencia.
Después de años de crisis, el mercado inmobiliario italiano se está recuperando. Las últimas cifras hablan de una recuperación de las ventas y los bancos también han comenzado a dar fondos de nuevo. Esto, combinado con tasas de interés históricamente bajas, puede hacer que este sea el momento justo para aventurarse a comprar una casa en el país.
Te presentamos los errores más comunes que cometen los italianos al comprar casa, para que tú puedas evitarlos:
- Generalmente no se hacen bien las cuentas. En Italia, según varios estudios internacionales, no existe una cultura financiera. Comprar una casa es la mayor inversión para muchos italianos, pero no se tiene la preparación financiera suficiente para afrontarla.
- Mucha gente olvida que añadir un 10% de gastos al precio de la propiedad. Además del IVA (si la vivienda es nueva) o del impuesto imposta di registro (si la vivienda es de segunda mano), existen otros impuestos catastrales. Por no hablar del posible depósito, que, aunque se recupera, sigue siendo un gasto considerable.
- No tener en cuenta que el préstamo implica gastos e impuestos. El impuesto hipotecario generalmente vale el 2% de la cantidad del préstamo, sin mencionar que muchos bancos piden un seguro hipotecario para protegerse contra riesgos como la pérdida del empleo o la muerte. Es útil, pero cuesta dinero, y no poco.
- Impuestos y cargos adicionales. El comprador olvida que ser propietario de una casa implica pagar cuotas mensuales de comunidad y otros extras que pueden aumentar el precio considerablemente. Las casas necesitan mantenimiento, por no hablar de los gastos comunes (fachada, antena, ascensor, etc.).
- Dinero para mobiliario e imprevistos. Cuando se hace (o debiera hacerse) un presupuesto, no se suman los gastos de mobiliario y no se calcula un fondo extra para contingencias que no se relacionan directamente con la casa, pero que pueden llevar el presupuesto familiar a la crisis (como, por ejemplo, la rotura del coche dos meses después de comprar la casa).
- No pedir un informe sobre el impuesto predial. El 99% de las personas que compran una casa no se informan por adelantado sobre los impuestos a pagar.
- No considerar el Euríbor en el caso de una hipoteca de tasa variable. Si el Euribor está en su punto más bajo, hay que tener en cuenta cuándo estará en su punto más alto.
- Solicitar una hipoteca a largo plazo. Cuando ésta tiene un plazo de más de 25 años, no vale la pena comprar: calculando todos los intereses, la casa se vuelve demasiado cara.
- Endeudarse por encima del 30% de tus ingresos. El Banco de Italia recomienda que la parte de la hipoteca, sumada al resto de las deudas (la tarjeta de crédito, los préstamos personales…) no supere el 35-40% de los ingresos de los titulares de la hipoteca.
- Pedir garantías a sus padres, amigos o parientes. Al comprar una casa se debes asumir la responsabilidad. Si la situación se complica, puedes arrastrar a otras personas hacia tus problemas. Si no puedes pagar la casa en este momento, no la compres.
- A menudo el comprador pierde el sentido de lo que significa caro o barato. Tenemos que buscar información estadística y comparar los precios de mercado. La información se puede encontrar de muchas maneras, desde la agencia local hasta los informes del Banco de Italia, pero también a través de portales inmobiliarios.
- Mucha gente compra casas pensando que los precios siempre suben. La experiencia reciente nos ha enseñado que los inmuebles no siempre aumentan de valor.
- No escuchar a las agencias. En este momento, puedes ahorrar dinero a través de una agencia. Se puede negociar y los agentes lo saben hacer bien. Por este motivo, pueden tener más libertad de acción para bajar el precio y convencer al vendedor de descuentos sustanciales.
- No negociar el precio hasta el final. Muchos compradores potenciales descartan algunas propiedades porque piensan que no pueden negociar el precio. Prepárate para negociar y ten siempre una contraoferta disponible, pero siempre después de haber hecho las cuentas. Otro error es aceptar un precio a mitad del trato por miedo a perder la casa.
- Dejarse llevar a nivel emocional. A veces, comprar una casa es más emocional que racional y la compra es incorrecta. Si te sientes cansado o desmotivado después de meses de investigación, será más fácil tomar malas decisiones. Tómate tiempo para la reflexión.
- Pensare que los precios no caerán. Todavía no hay pruebas claras de una recuperación generalizada de los precios, sólo algunos datos parciales confirman que en determinadas áreas se han mantenido. Si los precios en el centro de Milán o Roma han aumentado, no tienen porque haberlo hecho necesariamente en los suburbios.
- Especular sobre la casa. La casa debe ser un bien de consumo. Si la compramos para vivir, resuelve el problema de nuestra vivienda. Pero si lo compramos para especular y luego las cosas salen mal, habremos destruido nuestras finanzas durante muchos años.
- No considerar si vale la pena el alquiler. En Italia, la cultura de la propiedad está muy arraigada. Vivir para alquilar es una opción que muchas personas ni siquiera consideran. Asegúrate de tener en cuenta y pensar en las posibilidades que ofrece el alquiler, como facilitar el cambio de trabajo y de ciudad. Si la diferencia económica entre la propiedad y el alquiler es importante, con el ahorro puedes crear, por ejemplo, un fondo de pensiones.
- Comprar una casa no es como comprar un coche. Es una decisión que puede tener repercusiones en los próximos treinta años, un período en el que todo puede suceder: nacimientos, defunciones, divorcios, oportunidades de trabajo en otros estados o en otras ciudades.
- No consultar al notario antes de firmar documentos importantes como propuestas de compra y ventas preliminares. Por ejemplo, no todo el mundo sabe que los bienes procedentes de donaciones están sujetos a revocación por parte de cualquier heredero. Por esta razón, muchos bancos no conceden un préstamo para la compra de una propiedad proveniente de una donación. En este caso, como en otros, el asesoramiento de expertos puede evitar sorpresas desagradables.